Cuchara pequeña.
Durante el camino el silencio estaba presente, cada uno con muchas preguntas por responder y con tantos sentimientos por expresar pero no dijeron nada.
Jungkook se estacionó a mitad de camino, entró a un pequeño bosque, suspiró y se bajó del auto. Se apoyó en su auto con su vista en el suelo, no podía conducir en ese estado.
La suave voz de Jimin lo sacó de sus pensamientos. Antes de bajarse se maldijo por querer saber como estaba el idiota de Jungkook.
—¿Quieres qué yo conduzca?
—Solo necesito cinco minutos.
—Bien... —Jimin se acercó más, abrazó a Jungkook sin permiso y dejó un beso en sus labios—. No he follado con nadie más desde que te conozco, tampoco me gusta Taemin, mis energías están puestas en esto que tenemos.
Jungkook lo vio y sonrió débilmente, conocía ese estúpido sentimiento de celos ya que con su ex pareja era algo que estaba constantemente. Suspiró y besó su frente atrayéndolo más a su cuerpo.
—Lamento lo de hace rato, a mi tampoco me interesa Yugyeom y para aclarar, solo he podido estar contigo, ¿me disculpas?
—Olvidemos eso ya —respondió besando nuevamente los finos labios del ojiazul.
Sus manos pronto trataban de acercar más el cuerpo del otro. Sus lenguas volvían a jugar por tener el control.
—Fóllame en el auto.
—¿No quieres llegar a casa y hacerlo en la cama?
—Ahí que sea nuestra otra ronda.
Jungkook solo sonrió y mordió el labio inferior del menor.
Abrieron la puerta de atrás, Jungkook fue el primero en subirse y despojarse de sus ropas, Jimin lo imitó, una vez que estuvieron desnudos, el rizado llevó los dedos del castaño a su boca y los ensalivó sin apartar su mirada de Jungkook quien estaba maravillado ante la vista.
El castaño llevó sus dedos a la entrada del rizado quien gustoso recibió esos intrusos. Una vez que creyeron era suficiente fue Jungkook quien se encargó de ensalivar el pene del castaño y alinearlo en él.
De un solo golpe Jungkook entró en él haciéndolos gemir a los dos. Jimin comenzó a moverse para acomodarse mejor. Inició a dar brinquitos sobre Jungkook mientras este se impulsaba para ir más profundo.
Debido a la posición, Jeon se encargó de hacer lo que tanto le gustaba a Jimin, así que sin perder más tiempo acariciaba su cuerpo, besaba su cuello, lamía sus pezones y daba chupetes que esperaba se quedarán un buen tiempo adornando la piel blanquecina del ojiverde.
El auto pronto se llenó de gemidos y jadeos, de sudor y de muchos balbuceos. No dejaban de besarse, Jungkook ni siquiera sabe como pudo ser tan estúpido en creer que con Jimin sería como con el resto.
Park tiene un poder sobre él y no está dispuesto a oponerse.
Varias estocadas y saltitos después los dos llegaron a su orgasmo. Jimin posó su cabeza en el hombro de Jungkook mientras que este acariciaba su espalda. Ambos queriendo recuperar el aliento.
—Sigo pensando que en cualquier momento dirás que no tienes un segundo encuentro.
—Shhh, ese no era yo, era Jungwon.
Jimin soltó una risa que fue melodía para Jungkook.
—Tu risa es hermosa —halagó.
—Es normal, tus arruguitas aquí por tus ojos me gustan mucho —dijo devuelta acariciando el rostro de su amante.
—Y a mi no, además tus hoyuelos son simplemente perfectos —pellizcó la mejilla de su amante y este se sonrojó.
—Hablemos entonces de tu linda nariz —tocó con su dedo índice su nariz y este la arrugó haciéndolo ver adorable.
—Y de tus labios gruesos —dijo dejando un rápido beso—. Y de tu enorme trasero —ambos sonrieron y quedaron unos segundos viéndose en silencio—. Y tus ojos —susurró el castaño.
—Los tuyos —susurró también el menor.
Rompieron el espacio nuevamente en un beso pero lento. Cuando se separaron los dos se dieron un piquito.
—¿Quieres ir a casa?
—Déjame en el parque, Taehyung me dejó un mensaje y dijo que estaría ocupando la casa y para ser honestos no quiero escuchar gemir a nadie.
—Déjame ver la hora —revisó su reloj de mano—. ¿Tienes hambre? ¿Algo que quieras almorzar?
—¿Qué quieres tú? La verdad que me siento cansado, montarte es cansado.
—Entonces tengo un plan, películas y pizza en casa, ¿está bien para ti?
—¿Veremos películas de Disney?
—¿Eso quieres? Puedo arriesgarme.
Jimin sonrió feliz y se acomodó como pudo su ropa, se sentó en el puesto de copiloto tomando la confianza de ir descalzo. Jungkook terminó de arreglarse sus ropas también y bajó del auto para subirse en su puesto.
Comenzó a conducir una vez se aseguró que Jimin estuviese cómodo.
—Y pues esa vez recuerdo que mamá me persiguió por toda la casa, dije que correr desnudo era la libertad en su máxima expresión.
El rizado estaba llorando de la risa de solo imaginar a un pequeño Jungkook corriendo por toda su casa.
—Eres increíble, ¿en serio?
—Si, eso hasta que conocí a Namjoon que justamente se estaba mudando al frente de mi casa, él se empezó a reír y quedé inmóvil, así que mamá logró envolverme en una toalla, entré a mi casa y después escuché el timbre, era Namjoon quien me había llevado una de sus batas de baño.
Jungkook y Jimin relataban anécdotas de su niñez, los dos parecían disfrutar de ese momento.
—Yo recuerdo que cuando era un niño, acusé a mi hermana de vender drogas.
—¿Qué? Espera, ¿cuántas hermanas tienes?
—Solo una, ella es mayor, su nombre es Jihyo y pues estaba molesto, además de llamar cabeza de popó a mi mamá por haberme castigado y escaparme de casa.
—¿Te escapaste a tus cinco años?
—Si pero volví porque me dio hambre, moraleja, come antes de escaparte de casa.
—Lo tomaré en cuenta.
Jungkook reconoció la residencial donde vivía. Jimin miró por la ventana quedando sorprendido por estar en esa colonia. El castaño lo atrapó viendo de más una de las casas del sitio, sonrió porque parecía que llevaba a un niño al parque.
—Llegamos —anunció.
Los dos se bajaron una vez que entraron al estacionamiento de la casa de Jeon. El mayor abrió su casa dejando pasar primero al rizado.
—Bienvenido a casa.
—¡Wow! Es muy lindo aquí.
—Ponte cómodo.
Jimin suspiró y caminó hasta la sala, se sentó en uno de los sillones y esperó a que Jungkook llegara.
—¿Quieres algo de beber? Justo ahora pediré la pizza.
—No quiero nada.
—¿Seguro? Espero que no sea por vergüenza, te lo dije en el hotel y te lo repito, tú solo debes pedir y las cosas se te darán.
—¿Así de fácil?
—Mhum.
—Entonces necesito un local para poner mi restaurante —dijo en broma.
—¿Dónde lo quieres?
—En la zona de Princess Park.
—Mmmm ahí es difícil conseguir algo, todos siempre quieren estar ahí.
—¡Ja! ¿Ya ves cómo no puedo tener todo lo que pido?
Jungkook no dijo nada, se quedó pensativo. La voz de una mujer lo hizo voltearse sorprendido.
—¿Mamá?
—Hola Kook, creí que no vendrías, le di el día libre a Hanna —dijo Haesul abrazando a su hijo—. ¡Oh! Hola cariño, ¿quién eres? —preguntó viendo al menor quien estaba ruborizado por haber escuchado la palabra mamá.
—Me llamo Park Jimin, un gusto.
—Ven aquí tesoro, soy Haesul pero dime Hae —la mujer lo abrazó y el respondió feliz el abrazo.
Jungkook vio la escena y algo dentro suyo parecía haber desatado un remolino.
—Mamá, no quiero ser grosero pero, ¿por qué no me avisaste que venías?
—Estuvimos llamándote, no respondiste y sabemos que este día no es muy lindo para ti, así que decidí venir, pero mi sorpresa fue no verte, me preocupé ya que no sabía donde estabas.
—Solo salí con Jimin, él ha estado conmigo todo el día.
—¿Si? Me alegro por los dos pero ahora vas a cancelar la pizza y a comer comida decente, yo cocino mientras ustedes dos me cuentan como se conocieron y quien eres tú Jimin.
El rizado buscó la mirada del castaño, quien parecía no tener problemas con que su madre conociera a Jimin, quizás y sea más fácil para cuando él logre aceptar delante de todo lo que siente por el menor.
—No puedo cancelar la pizza, quedará para la cena mientras vemos películas.
—¿Estaban en una cita? —preguntó Haesul.
—No.
—Si.
Los dos se miraron sin saber que decir, responder al mismo tiempo no fue una buena idea.
—Si.
—No.
—Bueno ya me marearon, ¿si o no?
—Mamá, es bueno, una cita de amigos se puede decir no es que hay algo más es decir, yo...
—No es una cita señora, solo somos amigos yo tengo mi pareja y él pues, no tiene interés en nadie, menos en mi.
Haesul solo asintió con su cabeza, claro que no les creyó.
—De acuerdo, entonces, ¿cómo se conocieron?
Los tres habían entrado a la cocina, Jimin quedó maravillado por como era de grande.
—Pues... este, una vez en el ammm...
—En el parque.
—Si si en el parque, Jimin estaba este ya sabes, en el parque.
—Si yo estaba ahí y fue como bueno usted sabe, pasó así.
Haesul quería reírse pero supo controlarse. Ahora entendía cuando su hijo se refería al "trabajo", no tenía dudas que ese chico de rizos era por quien sus amigos lo han visto actuar extraño. Sonrió porque Jungkook estaba enamorándose y parecía ser de un buen chico.
—Quedó bastante claro que fue en un parque —se burló ella.
—¿Necesita ayuda con eso? —preguntó el rizado queriendo desviar el tema.
—Jimin es un excelente chef mamá —comentó Jungkook haciendo sonrojar al otro.
Ambos se miraron y se sonrieron. Entonces Haesul lo confirmó una vez más.
—Me encantaría entonces que me ayudes esta vez tesoro —el más bajo aceptó.
Jungkook se encargó de colocar las vajillas en la mesa mientras que su madre y Jimin preparaban la comida.
La pizza llegó minutos después, Jungkook decidió compartir una porción con Jimin, ambos siendo confianzudos sin mostrar incomodidad, luego de eso la guardó y terminaron de ayudarle a Haesul con la comida.
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Los tres estaban sentados en la mesa, el rizado y la señora Jeon cocinaron rápido ya que con dos personas todo es más fácil. Sirvieron la comida, durante el tiempo que compartieron Haesul no dejaba de hablar y de hacerles preguntas las cuales ellos comenzaron a responder sin darse cuenta con la verdad.
—Y pues ayer empecé a trabajar en la empresa solo que hoy me dio mi día libre.
—Si, para estar juntos.
—Si, porque fuimos a ver el campo de tulipanes, ¿ya ha ido? Es hermoso.
—Aún no cielo, mi hijo no me ha llevado.
—Kook, deberíamos llevarla un día de estos, estoy seguro que va a encantarle.
—Estoy seguro que si cariño —respondió Jungkook, todos quedaron en silencio, el menor mantenía una sonrisa pequeña en sus labios que no pasó desapercibida por Haesul—. Que rico les quedó todo —dijo.
—Tenías razón, Jimin es un excelente chef.
—Gracias, es lo que amo hacer.
—Y dime Jimin, ¿hace cuánto conoces a mi hijo?, ¿te ha tratado bien?
—Nos conocemos hace una semana y cinco días, y realmente es muy lindo conmigo, él se preocupa por mi.
—Ese es mi hijo, bueno que te digo cielo, yo lo crié, además de que sepa tratar a los demás con amabilidad lo crié para que siempre cuide de las personas que ama, esperando que reciba todo lo bueno que da.
—Kook es maravilloso, honestamente me sentaría solo admirarlo por horas.
—Yo me sentaría para admirarte a ti.
Haesul sonrió dejando que los dos crearan su propia burbuja. Notó esa mirada en ambos, casi era la misma que tenía Jungkook años atrás pero con la diferencia que está vez si brillaban.
Terminaron de almorzar, el mayor se encargó de lavar los platos, Jimin de secarlos y Haesul de acomodarlos.
—Bueno mis niños, ha sido lindo haber almorzado con ustedes pero tengo que irme.
—¿No te quedas a cenar mamá?
—¿Pizza? No gracias —abrazó a su hijo y después se dirigió a Park—. Espero verte más seguido por aquí, ha sido un gusto conocerte Jimin.
—Gracias Hae, es muy lindo de su parte, también ha sido un placer haberla conocido.
—Eres encantador y muy guapo, estoy segura que tu pareja está feliz de tenerte.
—¿Pareja? No, no tengo.
—¿No tienes? Pero si me dijiste que si tenías —dijo evitando reírse.
—¡Ah! Claro, yo... si, justo ahora lo llamaré, así que permiso —Jimin maldijo ser tan sincero y salió de la sala directo a la cocina.
—Es muy lindo, cuídalo.
—No es lo que piensas madre.
—Deja de temer, eres feliz a su lado y él es un pésimo mentiroso, se nota que también lo pasa bien con tu compañía.
—Olvidó lo del novio —se burló.
—Sé porqué mintieron en esa parte, no es fácil aceptar nuestros sentimientos tan de repente, pero lo poco que conocí de él me encantó, es honesto y muy simpático, amable y cariñoso, pero lo que más me encantó, es que tú no parabas de reír, no parabas de verlo y él igual.
—Es complicado madre, yo no, no estoy listo.
—El pasado hay que soltarlo Kook, concéntrate en el pasado y te perderás el futuro, lo mejor a veces está justo frente a nosotros, solo hay que ser valientes para verlo.
Haesul dejó un beso en la frente de su hijo y salió de su casa. Jungkook quedó pensando en cada palabra, quizás tenga razón, Jimin no solo es alguien para sexo, sabe que lo quiere para algo más.
—¿Ya se fue? ¡Que vergüenza! Olvidé que dije sobre mi pareja, ahora va a pensar que soy un mentiroso.
—Tranquilo, ella se fue encantada de ti —abrió sus brazos dejando que Jimin se acomodara en un medio abrazo.
—¿Si? ¿Le he caído bien a tu mamá? —preguntó haciendo un puchero y dejando un piquito en los labios del castaño.
—Mhum, quien diría que los iba a tener a los dos en la misma mesa —el castaño acariciaba la cintura del menor quien parecía un gatito escondido en su pecho.
—Kook, lo siento, yo debí irme en ese instante, sé que no quieres que me involucre en tu vida y ahora tu mamá sabe de mi.
—Ya es tarde para eso, te metiste en mi vida desde que subiste a mi auto esa noche en que nos conocimos.
—¿Qué? —se separó del cuerpo del más alto y lo vio a los ojos—. No estoy entendiendo.
—Jimin —Jungkook estaba con sus nervios comiendo todo en su interior, su pecho dolía por la rapidez en la que su corazón latía, tomó las mejillas de su amante y las acarició con sus dedos pulgares—. ¿Podemos contar este día como nuestra primera cita?
Los ojos de Jimin se abrieron en su totalidad, su sonrisa dejó ver sus lindos dientes y tan solo asintió muchas veces con su cabeza, dejando muchos besos por toda la cara del castaño.
—Yo ya la había contado como una.
Ambos se sonrieron y se besaron nuevamente. Nunca tenían suficiente del otro.
—¿Quieres hacer algo más?
—¿Puedo dormir? Estoy cansado.
—Claro, ¿quieres darte un baño antes?
—Si pero no traje más ropa Kook, ¿duermo en el sillón o en un cuarto de invitados?
—Dormiremos en mi habitación.
Jungkook tomó su mano y lo guio hasta su habitación, buscó ropa entre sus cosas y las tendió en la cama.
—Puedes usar cualquiera de estas camisas, acá tengo ropa interior limpia y puedes poner la tuya en esa cesta, la llevaré a la lavadora.
—¿Podemos bañarnos juntos? Lo digo para ahorrar agua.
—¿Eres ambientalista ahora?
—Mhum, razón por la que me gusta ver palos.
Jungkook soltó una carcajada entendiendo el doble sentido.
—De acuerdo, solo deja que lleve la ropa sucia a lavar y regreso contigo, decide si quieres ducha o bañera.
Jungkook salió de la habitación para llevar la ropa sucia a lavar, Jimin sonrió porque no iba a desperdiciar lo que pensaba hacer.
El castaño entró a su habitación, quitó su bóxer que es con lo único que había quedado y entró al baño encontrándose a un rizado con algunas gotas que supuso era agua o quizás sudor.
Jimin estaba apoyado en la pared de la ducha mientras introducía uno de sus dedos en su entrada, sus jadeos estaban presentes y eso hizo tragar saliva al castaño quien había quedado admirando lo que su chico era.
—Estoy seguro que puedo ayudarte con algo mejor —dijo mientras se acercaba al ojiverde.
—Mi lista sigue, primera vez haciéndolo en una oficina y ahora quiero hacerlo en una ducha, ¿vas a complacerme daddy?
—Sigue diciéndome así y no tendré manera de controlarme —dijo mientras tomaba el cabello del rizado alzando su cara para besarlo con rudeza.
Los dos por supuesto que tuvieron sexo en la ducha, se bañaron después y salieron de ahí, con un Jimin envuelto en una toalla como burrito y Jungkook en su bata cargando a un burrito bonito.
Jeon quedó usando nada más unos pantalones de pijama y Park la enorme camisa del castaño que le llegaba arriba de sus rodillas. Así que se quedó solo en ropa interior.
Se acostaron juntos en la cama, los dos se pusieron nerviosos porque era la primera vez que harían esa acción de dormir juntos.
—¿Puedo ser la cuchara pequeña?
—Lo que quieras.
Se acomodaron quedando de cucharita. Jungkook lo rodeó en sus brazos acercándolo más a él y Jimin sonrió feliz de sentirse protegido.
El castaño dejó un beso en la mata de rizos y el menor le dejó un beso en el dorso de su mano.
Segundos después quedaron dormidos ante el cansancio de sus cuerpos.
Hace un año Jungkook estaba llorando, perdido en alcohol en compañía de sus dos mejores amigos, con su mamá cuidándolo de una fuerte resaca y con dolor en sus caderas después de haber tenido sexo quizás con tres personas diferentes. Sintiéndose culpable de la muerte de su padre y odiando con su ser a la persona de quien se había enamorado.
Hace un año Jimin estaba llorando en su habitación mientras le contaba a Taehyung sobre como su ex pareja abusaba de él en todos los sentidos y como logró escapar de las manos de ese monstruo. Queriendo morir por cada recuerdo amargo que tenía.
Los dos hace un año estaban perdidos, caminando en la oscuridad, pero esta vez vieron sus ojos y sintieron que habían encontrado la luz del día en el otro.
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